Voces que cuentan: ¡Qué experiencia!

No hay caso... una no se puede acostumbrar a nada porque siempre habrá algo que te descoloque del cómodo lugar en el que estabas. Si hay algo que yo por suerte no perdí a pesar de ser argentina y tener algunos años pasados los cuarenta es la capacidad de asombro. Por ejemplo si me dicen que hay hombres arañas y agentes secretos en el barrio de la Boca yo me lo creo, sobre todo si el que lo asegura tiene 5 años.

El invierno pasado fue mi primera experiencia en el Recreo de Invierno, visitábamos las escuelas y jardines, me divertí muchísimo. Enero fue totalmente diferente Voces que Cuentan llegó al predio del Recreo de verano y los chicos nos venían a visitar a nosotras cómodamente instaladas debajo de un hermoso pino, me divertí más todavía.

Llegó el invierno helado que estamos transitando y la cosa volvió a cambiar, esta vez en lugar de los chicos más grandes me encontré con hermosos solcitos de 2, 3, 4 y 5 años.

Acá van algunos ejemplares genuinos:

Los de 3 te dicen yo soy glande ya tengo 3 años, ya hago pis tolito en el baño, te muestran 4 (no 3) deditos gorditos y vos te los querés comer con dulce de leche (aunque ya sería demasiado empalagoso agregarles el dulce de leche.)

Candela, de 4 añitos entró a la sala y me dijo “vos tenés el pelo igual al de mi tía”, acto seguido me abrazó diciendo te quiero mucho, me tomó la mano y no me la devolvió hasta que terminó el taller, más de media hora con la nena a upa y mi mano dentro de la de ella, mientras participaba activamente de la actividad que les estábamos proponiendo.

El primer día hablaban a mi lado Silvia y Agustina (mis actuales compinches) del miedo a no poder establecer un vínculo con los chicos en tan corto tiempo, yo escuchaba y pensaba, pero mientras las tres nos preocupábamos por el tema yo tenía frente a mí a una hermosa Malena de 3 o 4 añitos con la cual nos estábamos haciendo mimitos mutuamente, nos miramos con mis compañeras y dijimos qué mejor vínculo que éste, ellos son puro amor.

Ese mismo día en el micro Joel de 5 años me pidió que le leyera Choco encuentra una mamá, se lo conté y le dije -qué tal si ahora me lo contás vos a mí y me dijo -mi papá me dice que yo no se contar cuentos,

-¿probamos?- le dije.

-Bueno- y me lo contó con pelos y señales como si se lo hubiera aprendido de memoria, en 5 minutos, en el micro de regreso a la escuela después de haber visto una obra de teatro y leído libros en el viaje, 5 años, un Joel.

Qué más contarles sobre éstas experiencias: ¿que me llenan el alma?, ¿que me colman de orgullo?, ¿que me dan ganas de seguir y seguir?, ¿que me encantan los chicos? ¿que amo contar cuentos? ¿que me gusta compartir el trabajo con mis compañeros y compañeras? ¿que me permiten volar?, ¿qué agradezco la oportunidad de “pertenecer” porque éste si que es un privilegio?, ¿qué me divierto muchísimo?; Son todos lugares comunes, buscá palabras más complicadas y no tan trilladas, me dirían las personas muy serias, y yo les diría no me importa, yo soy una simple y sencilla cuentacuentos que para explicar estas cosas no encuentra nada mejor que palabras simples y sencillas, como las de los chicos de 3 años que ya son glandes y van a hacer pis tolitos, ellos no entienden las palabras difíciles, ellos entienden el idioma universal, el de dar amor, ¿será que perciben que el que está frente a ellos con un cuento, con un libro, con un juego también les está dando amor?

Alejandra Del Bueno
integrante de Voces que cuentan

aledelbue@tutopia.com

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